Con las constantes de un triatlón cualquiera, para un domingo cualquiera, nos preparamos para inaugurar esta primera edición del Tri-Cazorla 2010, dentro de la Copa Andalucía; neoprenos, bicis, zapatillas, bolsas transición, la cinta porta-chip y porta-dorsal,…y, como no, el madrugón. Clásico. Nos citamos sobre las 7.00 en Armilla, para ir –una parte- juntos en el autobús. Ir en el autobús da más tiempo para las batallitas que tanto nos gustan, ponernos al día en temas, presentarnos –los que no nos conocemos- y templar nervios. Al margen, una comodidad que deberemos procurar en las ocasiones en las que vayamos un buen grupo, ya que se agradece sobretodo en la vuelta tras unas cervezas, un triatlón en el cuerpo, cansados y eufóricos al tiempo.
Por el camino, y echando en falta caprichosas bajas como la de Chico (Traidor! :-)), surgieron varias dudas sobre los recorridos al pasar por la zona del Negratín con constantes subidas y bajadas duras o si haría falta el neopreno, decisión que algunos ya tenían desde al día anterior pues ni lo trajeron de paseo a Pozo Alcón, pueblo que alberga la prueba.
Llegada a Pozo Alcón y encuentro con más gente del club, nuevas caras y clásicos, ¡pero que alegría da el ver que cada vez somos más! Muchos voluntarios, y con ganas de “currar” en un domingo muy fresquito.
Recogida de dorsales. Bolsa del corredor; gorra, camiseta -al no poner nada de Triatlón, está condenada a ser trapo para la bici-, y diversa documentación sobre la zona y sus ofertas de ocio y negocio. Dejamos las cosas para la segunda transición con sumo primor, dado que la T1 y T2 no se hacen en el mismo lugar. Café, tostada y para el pantano de la Bolera, para dejar las cosas de la segunda, y tomar la salida, claro está. Dejamos el autobús, y tres cosas llaman la atención: la primera el estado del agua, caliente caliente, no desnatada, y que las boyas suponían no más de 500 m de agua. La segunda una cuesta muy “graciosa”, con un fieltro que no evitaba los pinchazos de las piedras, desde la no-orilla a la transición, unos 70 m, y la tercera el pedazo de bomba para inflar ruedas que portaba Manolo, creemos que funciona con uranio o plutonio.
No neopreno, menos Manolo, que casualmente ganó su categoría!!!! Casualidad, no lo creo. Recolocaron las boyas para alcanzar los 675 ó 690 m, y salida. Primero los hombres, ¡que descortesía! Y cinco minutos después las chicas. Obviamente, menos metros, mejor tiempo???!!! La cuesta que mencioné, desde la orilla a las bicis, en la que parecíamos “Chiquitos de la Calzada Club” al bajar, antes de la carrera, a nadie le importó cuando el tiempo contaba, a tope. Que relativo es todo. Oímos los ánimos de familias y de David “Tiburón”, que nos hacen apretar un poco más. Con su infinita humildad y paciencia, nos ve desde fuera para luego aconsejarnos y advertir pequeños (o grandes) detalles a mejorar. No durante y sí después, en un sprint hay poco tiempo. Es una referencia el hecho de que nos acompañe, cuando no iba a competir, con el madrugón y los kilómetros, qué os podemos decir; QUE ES MUY BUENA GENTE. Gracias.
El circuito en bici, con un total de 27 kms, tenía dos partes, la primera en bajada, con unos 20 kms, y el resto en subida, con dos o tres duros, y el resto “apretados”. Algunas partes del circuito, con fuertes bajadas y perlados de grava las hacían peligrosas, dándose más de una caída, entre ellas las de Eu, que no le impidió un gran tiempo. La señalización de la prueba era algo justilla, aunque el circuito es divertido y con pocas zonas para contemplar paisajes.
Llegamos a la segunda transición, el fresquillo de la mañana se convierte en gélido frío polar, echamos de menos un gorro de lana y unas polainas, pero los del Triarmilla no se rinden. En la transición, un único avituallamiento, en el que nos dan dos botellas de agua, el que más. Cuesta simpatiquísima de kilómetro y medio, bajada, curva, cambio de calle, pocas sombras, pasamos por una farmacia –en el escaparate pone que estamos a 40º, obviamente debe de estar mal o son Fahrenheit, nadie se paró a preguntarlo-, otra calle, otro bar, reunión de vejetes –ninguno anima-, otro puñado de cuestas, otro puñado de esquinas y meta al final de otra cuesta, en curva y al sol, son unos cachondos los de Pozo y sus circuitos. Todos contentos. En la meta, manzanas, plátanos y agua, de litro y medio y no-fría.
Despachamos una cervecillas, ¡que bien sientan!, festejando el triunfo de D. Manuel, mejor sin tener que conducir. Nos despedimos de los que se quedan en Pozo o vuelven por otra vía.
Resumen: prueba interesante por la distancia y por circuitos. A mejorar: cálculo de botellas de agua –pensaron 175 triatletas por 2 botellas de agua, en lugar de por cuatro o cinco-, señalización de kilometraje-distancias, y algún otro avituallamiento en el circuito a pie, al menos, uno más.
¡Suerte para todos los que van a Zurich!
by Manuel Juan
1 comentario:
No podía dejar pasar la ocasión para agradeceros la experiencia tan estupenda que fue el viajar con vosotros a Pozo Alcón y conoceros personalmente( Gracias Muanuel Juan). Me parece que formáis un grupo de personas y triatletas excelente, con muy buen rollo y ganas de disfrutar con el trideporte y sus avatares. Me alegra volver a engancharme a este deporte con gente con tanta ilusión. Solamente espero sacar tiempo para poder entrenar bien y participar con vosotros en muchas pruebas a partir de ahora.
Muchas gracias a todos por los ánimos que recibí al llegar a meta y enhorabuena a tod@s, a Manuel por su victoria y al otro Manuel, el conductor, por su exquisita predisposición.
Antonio Bellido
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